jueves, 23 de agosto de 2012

De la floristería al plato


No vamos a tratar de los centros de flores en la mesa, de como decorar el salón o de plantas carnívoras. Aunque pueda parecer una extravagancia más de la cocina vanguardista, el uso de las flores en gastronomía está más que inventado. La tendencia, que han recuperado la alta cocina y los grandes chefs, hunde sus raíces en la tradición culinaria andalusí, donde se usan los pétalos de las rosas, del jazmín o de la flor del naranjo en numerosas recetas. Por no hablar de las flores de calabaza o calabacín, muy populares en la tradición culinaria española, especialmente rebozadas y fritas. Sin embargo, éstas no son las únicas opciones posibles: caléndulas, pensamientos, tagetes, violetas o capuchinas pueden convertir tus recetas en toda una explosión de sabor.

A la hora de ponerte a experimentar, ten cuidado porque no todas las flores te sirven. Alba Soldevila, empresaria que comercializa este tipo de productos, nos explica que "no todas las flores son comestibles. Las de una floristería, por ejemplo, están tratadas con productos químicos, y las del campo pueden contener residuos en su interior. Recomendamos que sólo coman las etiquetadas como flores comestibles o las que nos sirvan en los restaurantes".

"Nosotros disponemos de veinte variedades de flores comestibles para poder satisfacer todos los paladares", explica Alba Soldevila, que comercializa flores frescas comestibles. "Y piensa que se venden todas porque cada día la gente parece mostrar más interés".


Una flor para cada plato

Las flores de calabaza, de sabor delicado y dulzón, son las más habituales en la gastronomía de diversos países como Italia (zuccini) y México donde se emplea en tamales, tortitas y sopas. Los Italianos en cambio las prefieren como relleno de ravioles y croquetas. Todas estas son hortalizas bien conocidas. El uso culinario de sus flores (cocidas, en guisos y sopas o fritas después de pasarlas por una pasta como la de los buñuelos), mucho menos. Por supuesto, si se usan todas las flores de una planta, después no habrá frutos. Se dan durante un largo período en verano.




Las caléndulas aunque tienen un sabor algo amargo se emplean junto con las hojas para aromatizar bebidas. Esta anual florece profusamente en invierno y primavera. Las flores son amarillas, naranjas, marrones o bicolores; de ellas se usan las lígulas (pétalos), crudas, en ensaladas dulces o saladas, y con comidas o postres que tengan huevo como kiches, flanes y budines.




Con las rosas se preparan dulces, como la popular rosa mosqueta de Bariloche, tartas, ensaladas de frutas, pimpollitos en vinagre, y como ingrediente en salsas de mariscos. Algo con lo que siempre triunfo es freírlas rebozadas, como snack, triunfaréis. Puede caramelizarse para añadir a los pasteles o freírse con huevo para hacer tortillas. Todas las especies de rosas son comestibles. Sus frutos contienen ingentes cantidades de vitamina C y han sido utilizados en épocas de guerra cuando faltaban las frutas o verduras frescas.




Los claveles, muy conocidos como plantas de jardín y como flor cortada. Florecen en primavera o en verano. Sus pétalos, de formas vistosas y diferentes colores, se usan en ensaladas de frutas, y mezclados con crema. Pensamientos Sus pétalos pueden dar un toque de color y alegría a cualquier ensalada, tanto dulce como salada (no recomiendo las de color violeta, no tienen aroma alguno, ni las amarillas, demasiado laxantes), también son irresistibles con todo tipo de quesos.




Los bulbos de tulipán son perfectamente comestibles, y sus flores también. Existen en una variedad asombrosa de colores, lisos o combinados. Sus pétalos crudos se usan en ensaladas, o se rellenan con atún y papas hervidas y ciboullette sobre un colchón de hojas verdes. Se cultivan perfectamente en climas fríos.



La capuchina, muy conocida, es de un color naranja muy intenso, y de otros menos comunes aunque mucho más atractivos. Los pétalos de sus flores son comestibles y tienen un sabor peculiar, algo picante. Se usan crudos en ensaladas, o se rellenan las flores con bolas de queso, sal, pimienta y cebolleta. Capuchinas Ofrecen un matiz picante a las preparaciones: su sabor es parecido al de la pimienta.. Se consumen en ensaladas donde combinan bien con el perejil.


La borraja posee flores azules pero también hay algunas con flores rosadas o de un blanco puro. Florecen durante meses en invierno y primavera. Las flores se consumen enteras, crudas, en ensaladas de frutas o saladas, o en cubitos de hielo para vinos.

Los crisantemos son muy conocidos como plantas de jardín y como flores cortadas. Son plantas perennes, que florecen en otoño, con gran variedad de formas y colores. Se consumen sus pétalos crudos en ensaladas, y con naranjas.

Es otra planta con flores vistosas y comestibles, blancas, rosas, bermellones, moradas, o purpúreas. De la monarda, en la cocina se utiliza la corola completa, cruda, acompañando platos hechos con carne de cerdo, pescado y pollo, por su fuerte sabor.


Los treboles son comestibles, siempre que se consuman con moderación. En cantidades grandes producen hinchazon de vientre. Hojas tiernas en ensalada o cocidas. Flores secas y semillas para dar sabor al pan





Las violetas son fantásticas para los postres. Puedes confitarlas o preparar con ellas salsas para acompañar productos de repostería y tartas.





Según Soldevila, "todas las especies se pueden comer crudas ya sea en ensaladas o en salsas trituradas, al igual que en pasteles o sorbetes". Efectivamente, las posibilidades son enormes ya que admiten todo tipo de cocción. Sin embargo, la experta recomienda "consumirlas crudas o con una cocción ligera para no perder todas las vitaminas y propiedades que contienen".

1 comentario:

  1. Un articulo muy interesante,la flor de calabaza esta muy buena y tiene un gusto muy dulzón, aunque personalmente prefiero utilizarlas para sopas y caldos. Salu2, Javier.

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